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hablo a cámara y repito mecánicamente: un poco lo que intentamos hacer es jugar con las pautas que nos dio el cliente y buscarle un poco la vuelta para hacer algo novedoso.

puedo mentir también y decir la palabra: innovador.

ya no hay nada de innovador en todo lo que hago. voy repitiendo una y otra vez las mismas tomas. armo cuadros, poses, planteos estéticos idénticos o con mínimas variaciones entre cliente y cliente. cuando siento que ya llegue al final de mi repertorio, vuelvo al inicio.

nadie se da cuenta. da todo lo mismo.
los que se encargan de evaluar mi trabajo tienen el gusto atrofiado, la sensibilidad de un hámster.

ya ni me pregunto como es que llegaron tan lejos. donde antes había algún rasgo de humanidad, alguna mínima sensibilidad artística, un mínimo discurso o al menos un armado de oraciones complejas ahora todo tiene que definirse en dos o tres adjetivos. ni siquiera pueden discernir realmente entre algo bello de algo espantoso. todo producción es viable a ser MAGNIFICA si responde a las: necesidades del mercado.

1 comentario:

francisco pavanetto dijo...

pero no, ahi esta, vuelve constante y fortalecida, reincide en mi, pero yo me encuentro fortalecido, pero entonces ella no vuelve sola